En nuestro artículo anterior, exploramos el poder de los materiales naturales en la arquitectura, hoy nos adentramos en otra cuestión clave: ¿estamos eligiendo los materiales más adecuados para nuestro proyecto?
La base de esta elección debe estar enraizada en factores como el clima, el uso del espacio, y las condiciones locales del proyecto. Además, conocer las cualidades sensoriales, estéticas y técnicas de estos materiales nos proporcionará las herramientas para crear arquitecturas únicas y auténticas.
Cada material aporta cualidades únicas que influyen no sólo en la estética del proyecto, sino también en el bienestar de quienes lo habitan. Desde la calidez y la textura de la madera hasta la solidez y durabilidad de la piedra, la elección adecuada puede transformar la experiencia diaria de los ocupantes de un espacio.
Madera: versatilidad y calidez
La madera es un material versátil que usamos tanto para estructuras, como para acabados interiores y mobiliario. La elección del tipo de madera depende de su función y del nivel de desgaste. Maderas como el roble o el nogal aportan durabilidad y resistencia, mientras que maderas más blandas, como el pino, son perfectas para espacios con menor nivel de exigencia. Su calidez, la forma en que envejece, transforma los ambientes, creando una sensación de refugio.
Piedra: atemporalidad y solidez
La atemporalidad y la presencia de la piedra, en sus diferentes variantes, son características que la hacen adecuada tanto para interiores como para exteriores. Además, la piedra regula la temperatura de manera natural, lo que la hace perfecta para climas cálidos, mientras proyecta una sensación de solidez y permanencia.
Arcilla: confort y estética contemporánea
La arcilla ha sido utilizada durante siglos. Sus propiedades para regular la temperatura y la humedad la hacen protagonista de proyectos de arquitectura contemporánea, creando entornos saludables y confortables. Además, su estética en crudo le confiere un estilo actual que evoca tradición.
Bambú: sostenibilidad y flexibilidad
Si buscamos un recurso altamente renovable y sostenible, el bambú es una excelente opción. Se utiliza para suelos y revestimientos, aunque también puede verse en mobiliario. Es resistente, flexible y soporta el desgaste sin perder su aspecto natural.
La biofilia como eje del diseño
Cada uno de estos materiales transforma la manera en que percibimos y vivimos los espacios. Introducirlos en nuestros proyectos es, definitivamente, una forma de biofilia, evitando reducir el concepto a la existencia de elementos vegetales en ellos. Integramos lo natural como parte de la arquitectura y creamos una conexión íntima, arraigada, con el entorno que nos favorece.
Ejemplos prácticos
En la reforma en Mirasierra la textura y el tacto fueron clave en la selección de la madera de roble para los suelos y el mobiliario. Los clientes buscaban una conexión emocional con el espacio, querían sentir el confort de caminar descalzos. La suavidad y calidez del roble brindan una experiencia física placentera y reconfortante que transforma el ambiente de manera sutil pero poderosa.
En el pabellón en la sierra, una segunda residencia para los meses de verano, optamos por granito para los suelos y revestimientos exteriores. Este material no es solo altamente duradero, sino que también regula la temperatura, manteniendo el espacio fresco durante el verano.
A nivel sensorial, la piedra proyecta solidez y conexión con el paisaje circundante. La combinación con la madera de la estructura interior ayuda a crear un ambiente cálido y familiar, consiguiendo la sensación de descanso deseada. Además, en proyectos con techos altos, como el pabellón, la madera ayuda a suavizar los sonidos y reduce el eco, creando un ambiente más relajante y adecuado para el descanso.
Conclusiones y otros pensamientos
Estos proyectos son solo dos ejemplos del gran impacto de la introducción de elementos naturales en nuestros diseños. La selección de materiales adecuados no solo mejora la estética o la funcionalidad de un espacio, sino que influye profundamente en la experiencia sensorial de quienes lo habitan. Maderas, piedras y otros materiales naturales tienen el poder de transformar la percepción de un lugar, haciéndolo más acogedor, confortable y conectado con la naturaleza.
Además, la "pátina" que los materiales naturales desarrollan con el tiempo, les confiere una historia propia que va más allá de lo visual. Esta evolución estética contribuye a la creación de entornos auténticos y únicos.
Una selección meditada y consciente, entendida por cómo estos materiales interactúan con los usuarios y el entorno, dará lugar a soluciones sostenibles que mejoren y alarguen la vida útil del proyecto.
AGA Studio
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